¿Qué apodo le pondrá la Historia?

Francisco Rodríguez

El anecdotario mexicano de los remoquetes de la política es ancestral. Cuentan que cuando El Tlacuache Garizurieta fue embajador de México en Honduras, un general avecindado se acercó a pedirle trabajo, advirtiéndole que tenía un problema: le faltaban los testículos.